Bien sabemos que en nuestra región los deportistas sobran, estamos rodeados de un millar de personas cuyo amor por el deporte sobrepasa adversidades y logra hasta lo impensable. Sin importar edades, día a día nos sorprendemos ante la pasión que sienten por las distintas disciplinas que se practican en nuestra zona.
José Spessot tiene 75 años, es ciclista oriundo de Villa del Rosario y en sus propias palabras, el 2020 fue “un año atípico” en el que no se pudo correr. Con muy poco entrenamiento encima, puesto que su esposa tiene problemas de salud y no podía correr riesgos de exposición, se animó a hacer la primer carrera del 2021 en el Ruralazo de Marull y los resultados lo dejaron bastante conforme.
“El ciclismo para mi es casi una forma de vida” le dijo a Panorama Deportivo
No obstante, la parte buena vino recién el primer fin de semana de abril con el Desafío Sanavirón que el año pasado debió cancelarse por obvias razones. Con la expectativa a flor de piel y con más ganas que nunca, José ni lo dudó y se inscribió al instante.
De acuerdo al ciclista, en la zona todos quieren correr el Desafío porque “es una competencia única y se ha convertido en un clásico”, por tanto José no iba a dejar pasar esta oportunidad luego de estar tantos meses sin pedalear en un torneo tan intenso. Haciendo un gran esfuerzo, José se metió de lleno en la competencia y logró un excelente segundo puesto aunque él considera que podría haberlo hecho mejor.
Su escaso entrenamiento hizo que la competencia fuera un poco más extenuante que lo normal pero, siendo el vivo ejemplo de que con mucha garra y esfuerzo las cosas se logran, José posó en el podio con su trofeo brillando en el segundo puesto y con una sonrisa que refleja la dedicación de alguien apasionado por el deporte.
Para José el ciclismo lo es todo y poder volver a competir es una caricia al alma. Amando la bici desde pequeño, el ciclista le contó a Panorama cuánto soñaba con tener una bicicleta para ir a la escuela pero los padres lo mandaban en sulqui. Fue años despúes, ya en su vida adulta, cuando logró comprarse una bici con sus propios medios y comenzó a competir.
Entre idas y vueltas debió alejarse por un largo tiempo de su amada bici, pero alrededor de cinco años atrás volvió al ruedo y desde allí recolectó varios trofeos y medallas que dan cuenta de la pasión que siente por el pedaleo. Por ahora, su plan en un futuro inmediato es continuar bicileteando en competencias y por puro gusto, además de ayudar a aquellos que quieran aprender: “No sé hasta cuándo, pero voy a seguir”.
“Tengo algunos logros, así es la vida del deportista uno hace lo que le gusta mientras logra. Yo voy ya camino a los 76 años y me siento bien, voy a seguir con lo mío porque el deporte sí o sí es lo mío”