Persevera y triunfarás: Maximo Cornejo, de Monte Cristo, recibió el premio Estímulo

Como cada diciembre desde 1993, La Voz y Mundo D galardonan a 14 deportistas de nuestra provincia con los Premios Estímulo, y desde 2002 con el Premio de Deportista del Año. En esta ocasión, le brindan honor a aquellos jóvenes que lograron sobresalir durante este año desafiante y complicado para todos.

En este contexto Máximo Cornejo, ciclista oriundo de Monte Cristo, fue uno de los 14 elegidos que se abrió paso durante la pandemia y logró sacarle brillo a un 2020 demasiado opaco.

Maximo se dedica de lleno al ciclismo desde hace 12 años, empezó en el año 2008 después de ver Los Juegos Olímpicos en los que Walter Pérez y Juan Cruchet salieron campeones en la prueba Madison. Pérez y Cruchet fueron su inspiración, a partir de ahí subirse a una bici era lo único que quería.

Este 2020 pandemico, como a todos, lo agarró desprevenido pero eso no impidió que siguiera entrenando y haciendo lo que más le gusta: andar en bici. “Durante la cuarentena me la pasé entrenando en mi rodilla y haciendo ejercicios debajo de la bici” explicó en diálogo con Panorama Deportivo.

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“Llegué a entrenar hasta 3 veces por día, siempre en turnos de más de 1 hora y media“

La definición de perseverancia en pinta, Máximo no permitió que la pandemia le quitara el sueño, en julio cuando se comenzaron a habilitar las actividades, el ciclista empezó a salir a la ruta y su entrenamiento pasó de ser tres veces por semana a todos los días. El ciclista continuó ejercitándose con su entrenador Diego Valenzuela y con la escuela de ciclismo VALTEAM.

El premio fue como una brisa cálida de verano para Máximo, el deportista no pensaba que podría ganarlo ya que, en su opinión, “hay otros que han tenido más resultados”. Pero en un 2020 tan poco convencional, todo es motivo de alegría y festejo.

“Estoy muy contento de que me haya tocado a mi porque siento que todo el esfuerzo que hacemos con mi familia da frutos”

Máximo y los otros 13 condecorados, son el claro ejemplo de que el esfuerzo, la dedicación y la constancia, aún en tiempos difíciles tienen su recompensa. La pandemia nos demostró que el empeño y la asiduidad todo lo pueden, y que, aunque estemos lejos las distancias se acortan, la alegría del otro es la propia y el amor es más fuerte.