Cuando decimos que el amor por la camiseta y por el fútbol no tiene fin, a veces creemos que hablamos de una frase. Un dicho que carece de significado y que no va más allá de las palabras.
No obstante, nunca hay que sobreestimar el amor y la pasión por la pelota. Sino preguntenle a Dylan Forciniti, que quince años atrás en Liniers, Buenos Aires, fundó el Museo del Ascenso. Un espacio que le brinda honor a las ligas del fútbol argentino, desde la más grande hasta la más chiquita y de barrio.
El comienzo de algo gigante
Todo comenzó con un viaje para sacar fotos a las estaciones del ferrocarril y entonces una luz se encendió en la mente de Dylan: crear un museo de fútbol dedicado a los clubes del interior.
Desde ahí, Forciniti va de club en club, viajando por el país en búsqueda de un pedacito de eso que representa a cada institución deportiva: una camiseta. Es que son los colores los que primero hacen a los clubes, y luego por supuesto, su gente.
“Primero visitamos el club El Linqueño y pedimos una camiseta, nos sacaron corriendo pero decidí comprar igual su camiseta. Después fuimos al club Rivadavia y ahí si les gusto la idea y nos regalaron la primer camiseta” explica Dylan, en dialogo con Panorama Deportivo
Como sacado de una película, tras regresar a Gran Buenos Aires, Dylan empezó a mandar cartas al interior y a los pocos días le llegaron 11 camisetas. Para ese entonces, poco se sabía del internet y por ese motivo optaron por mandar 100 cartas por mes: “ahí comenzaron a llegar camisetas todos los días” dice el fundador.
“Con la llegada de Internet todo fue más fácil y al día de hoy tenemos 4000 camisetas de cada rincón de Argentina”
Grande como el fútbol argentino
En un principio, el museo contaba con una sede que se basaba puramente en los equipos afiliados al Concejo Federal, es decir todo lo que implica de la A a la D y Torneo Argentino A. Sin embargo, una vez completada toda esa sección, el museo fue por los equipos del interior y la sede física se hizo insostenible.
“No pudimos continuar con la sede por un lado por lo económico, y por el otro debido a la cantidad de clubes que entraron” añadió Dylan
Además de los clubes de ligas del interior, el museo también guarda las camisetas de ligas rurales. De esta forma, es tanto el lugar que se necesita para tener un espacio abierto al público, que optaron por descartar la sede: “Necesitaríamos un edificio de tres o cuatro pisos para poder instalarnos, no menos de 5000 metros se necesitan para todo el material que hay”.
No obstante, cuentan con una instalación dedicada solamente a guardar no solo las camisetas recolectadas, sino también banderines, antiguas sillas de chapa que tenían los clubes, souverines que les regalan y hasta pedazos de tribunas.
Visita a la Liga de San Francisco
En las semanas próximas, Dylan emprenderá el único viaje del año ya que la situación epidemiológica del país les ha limitado su búsqueda. En esta travesía, visitarán una vez la Liga Regional San Francisco.
“La Liga Regional de San Francisco la visitamos en un 80%, tenemos casi todas las camisetas, nos faltan tres o cuatro nada más que las vamos a buscar ahora”
El viaje tiene finalidad, recoger las camisetas que faltan pero también conocer a los clubes desafiliados que han pasado por la Liga. “Nos interesan mucho los clubes que ya no participan porque fueron parte de la Liga, son parte de la historia y cuanto más chico es el club más nos interesa conocerlo” advirtió Forciniti.
“Queremos dar nuestro granito de arena para que se conozca el fútbol del interior. En estos viajes tratamos de involucrarnos en ese fútbol que es tan desconocido para la gente de Buenos Aires”
Tratar de conseguir la camiseta teniendo como principal objetivo rescatar la historia de los clubes más chicos, es lo que hace a este museo tan grande y único a la vez. Como dijismo, el amor por la camiseta es interminable.