Debido a la pandemia, son muchos los deportistas que se han visto forzados a volver a su ciudad natal y adaptarse a nuevas modalidades de entrenamiento. Este es el caso de Lucas Ferreyra y Santino Barbi, ambos oriundos de la localidad del El Tío y jugadores de fútbol.
Para variar, ambos son arqueros: Lucas en Patronato, el equipo de Paraná, y Santino en Atlético Rafaela, que actualmente se desempeña en la B Nacional.
Santino le agarró cariño a la pelota de muy chico y comenzó a jugar al fútbol como arquero a los cinco años en el Baby de su localidad. Poco después arrancó de delantero en el Trébol Básquel Club, en la Liga Regional San Francisco. No obstante, un año despúes volvió a defender el arco, donde encontró su posición.
En 2018 llegó al Crecer de San Francisco, donde salió campeón en la categoría infantil y además obtuvo el torneo absoluto. Fue a finales de ese año cuando tuvo una prueba en la Crema: “Cuando me dijeron que había quedado fui una semana a la pensión para hacer una adaptación y ahí decidí quedarme completamente en el club” comenta el jugador.
A pesar de la pandemia, Santino nunca dejó de entrenarse: “entreno todos los días, de lunes a sábados, doble turno y a la mañana salgo a correr con Lucas. A la tarde entrenamos juntos en una canchita cerca de mi casa”. El jugador explica que realizan entrenamientos de arquero ya que para ambos es fundamental no perder el ritmo y seguir manteniendo las condiciones que tenían mientras competían.
“Es un año raro para mi, casi no venía a mi casa y este 2020 lo voy a pasar casi completo con mi familia. Es medio complicado” comenta Barbi
Por su parte, Lucas había vuelto a su casa en marzo luego de un partido contra Talleres sin saber que no habría un regreso a las canchas inmediato, como esperaba. “Me vine con poca ropa y con pocas cosas sin saber que todo esto iba a pasar” explica.
En un comienzo, el jugador de El Patrón, se entrenaba en su casa puesto que no era posible hacerlo en espacios abierto o incluso ir a algún gimnasio. Meses después retomó las prácticas intensas con Santino.
“Con él nos acomodamos y armamos un entrenamiento con lo que nos pasan los profes. Conseguimos elementos y conseguimos un lugar” narra Ferreyra
Tal como comentó Barbi, ambos arqueros dividen su entrenamiento entre mañana y tarde: a las primeras horas del día se avocan a la parte física, mientras que al caer el atardecer hacen fútbol. Finalmente, cuando cae el sol, Lucas se dirige al gimnasio y finaliza su día de prácticas.