El amor por tu equipo suele verse incentivado por un jugador, ese que siente la camiseta como propia, que le pone el alma a los partidos y te saca un par de lágrimas en la cancha.
Elido Eduardo “Toti” Rubiolo era ese tipo de jugador, quien jugó la mitad de su carrera en Atlético Miramar, el club de sus amores y a quien el Toti le debe todo: “Fue una institución que me abrió las puertas y me permitió ser alguien en la zona” recuerda nostálgico.
En un mano a mano entre el jugador y Panorama Deportivo, nos contó sus mejores recuerdos en la cancha y un poco sobre su carrera futbolística. El Toti, a los 18 años ya estaba incursionando en primera y alrededor del año 90 emigró de su preciado Atlético Miramar para jugar en Colonia Marina.
Desde allí pasó por varios clubes de la Liga: desde Independiente de Balnearia hasta Sportivo Belgrano La Para y finalmente, una vez más, en Atlétitco Miramar donde finalizó su carrera a los 37 años.
Recuerda su paso por los clubes de manera optimista y con gran respeto: “Siempre me fue bien en todas las instituciones que pasé y eso es lo principal. Me hacían estar bien en lo deportivo y también como ser humano, creo que eso es importante”.
Goleador nato
En Atlético comenzó jugando por izquierda sin ser zurdo realmente, nos cuenta que en sus comienzos un técnico jugaba con dos wines, izquierdo y derecho. El Toti, envalentonado por sus ganas de patear la pelota, levantó la mano y se ofreció para jugar por la izquierda.
“Gracias a eso después cuando empecé a jugar de centro delantero me permitió manejar los dos perfiles y hacer muchos goles, tanto de derecha como de zurda, sin ningún problema” explica el goleador
Un centro delantero con potencia y velocidad, encontró su lugar natural en la cancha y donde más goles hizo, un tiempo después. Pensando en retrospectiva, el Toti hizo un promedio de 20 goles por temporada lo que implica que solo en Atlético Miramar hizo más de 200 goles.
Dentro de sus momentos más importantes, recuerda el campeonato del 2000 con Sportivo Belgrano. Ya con 33 años, el Toti estaba listo para colgar los botines pero el técnico lo convenció de lo contrario: ” Vega llegó a mi casa preguntándome si yo me animaba a incursionar un año más en el fútbol. Él veía que si yo me ponía bien físicamente, tenía muchas posibilidades“. Y así fue.
“Tuve la suerte de terminar como goleador y de consagrar el título que era lo más importante” rememora al respecto con alegría y un dejo de nostalgia.
La potencia del jugador
El Toti recibió su apodo de Raúl Toti Iglesias , ex jugador de Racing de Avellaneda. Lo que sucede es que el Toti Rubiolo no solo tenía las mismas condiciones físicas que Iglesias sino que trataba de parecerse a él: “Yo traté de copiarle el oportunismo a él”.
A lo largo de su carrera, el jugador de Miramar siempre ha puesto su esfuerzo en identificar su manera de jugar con aquellos jugadores potentes, que usan mucho el cuerpo y su potencia física.
“Estoy convencido que siempre mi carrera se basó en mi estado físico, esa fue mi principal sustento con el cual yo hice toda mi carrera” manifiesta en torno a esto
Cuando le preguntamos acerca de su afinidad por algún club en especial, a pesar de tener un vínculo inquebrantable con Atlético Miramar, para el Toti el fútbol no tiene preferencias: ““El fútbol para mi es algo universal, más allá de que uno tiene su corazón con determinado club, no dejo de mirar todos los partidos”. Y eso es lo que lo hace un jugador indiscutible.
